lunes, 10 de marzo de 2014

VIVENCIAS AGRADABLES DE RECORDAR EN BANESTO.


""DEL GRUPO DE AMIGOS DE BANESTO EN FACE"" :


Me voy a animar a contar una anécdota con clientes: Al empezar a llevar el negocio promotor una de las primeras firmas fue en Nérja de una promoción que financiábamos a un cliente de Vélez Malaga muy conocido. Después de la firma vamos a comer y el cliente nos tenía preparada una mariscada espectacular. La fuente de cigalas no tenía fin y en la comida estabámos el director de Velez Malaga ( Jacinto), el interventor, y yo por el Banco. Por parte del promotor estaban 3 personas

Al ver que sobraban cigalas y aun quedaba más marisco y un pescado a la sal, tremendo de tamaño; el cliente le dice al interventor " Come, come que tu de esto no comes todos los días".


Yo me estaba comiendo una cigala y el comentario me sentó muy mal como un menosprecio a nosotros. Tiro la cigala al plato y voy a recriminarle al cliente su comentario, cuando el cliente, que se había dado cuenta de mi cabreo y de su metedura de pata. Nos dice " Porque este señor posiblemente las coma todos los días".

Lo dijo con tal gracia que terminamos todos riéndonos y el cliente se disculpo, argumentado que había encargado no se cuantos kilos de marisco y pescado y era una pena desperdiciarlo.
Hicimos todo lo que pudimos para terminar el festín.

Eran otros tiempos con un negocio amable de crecimiento, donde se trabajaba duramente pero había tiempo para pasar un buen rato con los clientes y los compañeros.



Cada vez que que llega un : ONCE DEL ONCE, me viene a la memoria el 11-11-70, fecha en la que entré como "ayudante del ayudante del servicio de caja", era botones y ese día pase a caja sobre todo para rellenar a máquina de escribir los resguardos de ingresos, transferencias, resguardos del Senpa, etc.etc.; por aquella época en mi pueblo, Fregenal de la Sierra, se estaban vendiendo los pisos de la nueva Barriada de Santa Ana que se había construido a finales de los 6o motivado por que el ministro de la época era natural del pueblo; los pisos no tuvieron aceptación en Fregenal y se pusieron a la venta en Sevilla, había que entregar unas siete mil pesetas y el resto a 3oo pesetas al mes, se vendieron todos en poco tiempo y teníamos colas en el banco de personas de Sevilla a realizar las entregas a favor de La Obra del Hogar y la Arquitectura, propietaria de los pisos, todas las operaciones se hacían en efectivo y había que entregarles resguardos sobre la marcha, lo que posibilitó que al ayudante de caja le pusieran un ayudante para que no se eternizaran las colas en las dos ventanillas que teníamos, una de ingresos y otra de pagos, con un solo ventanillero, claro esta. También hacíamos a mano : las nóminas del personal, cortábamos los cupones de los valores depositados fisicamente en la caja para abonar dividendos, todavía no había llegado ni la maquina NCR con su manivela ni el terminal de teleproceso, se hacían pagos e ingresos y se iban anotando a mano en unas listas de color verde los ingresos y roja los pagos, después se cuadraban con el efectivo de la caja diariamente, no se podía dejar nada fuera de hora y si se hacía, tenía que autorizarlo el apoderado de Caja y el Director. 

Dejar un impreso modelo 2.073 "más conocido como recibí" sin fecha y fuera de hora, significaba : despido, así de clarito. Se hacían arqueos por sorpresa por el apoderado de caja con presencia del Director, y las inspecciones cuando llegaban lo primero era arquear caja. 

Mi buen amigo Enrique Carmona que además de ser natural de Marchena estuvo allí de Director algún tiempo, cuenta que un Director de Banesto anterior a el, que a medio día tomaba el aperitivo con algunos clientes y conocidos, entre ellos el Juez de Instrucción, escuchó al Juez un día decir que había tomado declaración a unas personas por una riña producida en un bar y no había nada claro, ya que el dueño del bar, había declarado que la disputa lo cogió a final de la barra y no pudo enterarse de nada; pasaron los días y el Director de Banesto salio a tomar unos vinos con el Juez a quien llevó al bar de las disputas, al verlo entrar el dueño que estaba detrás de la barra se quedó sin habla, ya que la barra del bar no media más de un metro de una punta a otra.

Bueno, vivencias para recordar y contar. Saludos

1 comentario:

  1. Bonitas Vivencias. Historias forjadas a lo largo de los años, y cuando lo más importante era el cliente.

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