lunes, 21 de febrero de 2022

UN BANCARIO DEL SIGLO XX, por Diego Fuentes Hidalgo.

 















 

Hoy queremos presentar y recomendar el libro : Un Bancario del Siglo XX, cuyo autor es nuestro amigo y compañero, Diego Fuentes Hidalgo, hemos leído el libro y nos ha gustado mucho, está bien estructurado, es ameno para él lector y desde sus primeros compases nos atrapa el contenido con anécdotas y vivencias graciosas que dotan al libro de un excelente ritmo de lectura.- “Bancarios del Siglo XX” te engancha en la primera página y no te suelta hasta el último giro ¡Bravo por el autor!

Algunas de sus anécdotas y vivencias nos llevan a recordar las relaciones entre Familia, Compañeros, Jefes y Clientes que en la Banca del Siglo XX se daban  :

La del perro Peter que le dejaron a Diego para que lo cuidara, una odisea…..

La del compañero de los equipos de viaje que todas las noches se quitaba el ojo de cristal, lo entraba en un vaso con agua y lo dejaba sobre la mesilla; una mañana al despertar, observó que estaba el vaso sobre la mesilla pero le faltaba ……..

Su argucia profesional para captar una quiniela y quitársela de la caja fuerte a la competencia, y cómo aquella gestión comercial derivó, días después, en una asistencia sanitaria con el fin de realizar una atención integral a la beneficiaria de la quiniela, quién demandaba una caja de supositorios……

Aquella autorización  sin atribuciones de un aval por un elevadísimo importe que tantos beneficios reportó a posteriori al Banco y al autor, nos llevan a reflexionar sobre las serias pero emotivas palabras que Don Pablo le dedicó cuándo al salir de su despacho (donde le expuso la operación) acompañado por Don Vicente Camacho, les dijo  : ……………….

 

En el año 1.992 el periodista Sevillano Antonio Burgos hizo el siguiente comentario al artículo de Diego, “Sevilla Armonía y Duende” en la Revista Exclusivo :  Me ha sorprendido por lo bien plumeado que está.

En definitiva, es un libro de agradable lectura que nos lleva a buenos tiempos pasados en Banesto y posiblemente hasta nos identifiquemos con alguna de las historias.- Recomendamos “Bancarios del Siglo XX” porque estamos seguro que gustará a muchos de quienes pertenecemos a La Gran Familia Banesto.

El autor renuncia a beneficio alguno por la venta de este libro. El importe recaudado se destinará en su totalidad a la Misión Católica de Gode, en Etiopía (África), dónde se dan clases a niños, se visten, alimentan y medican según sus enfermedades; la Misión fue fundada por el padre Christopher y la hija del autor trabajó como voluntaria, continuando en estrecho contacto a día de hoy.

 Se puede solicitar el libro enviando un e-mail a : diegofuenteslibro@gmail.com o un WatsApp al número 666672661, adjuntando copia de la transferencia bancaria a la cuenta de Diego Fuentes Hidalgo en Banco Santander : ES66 0049 0670 33 2511159534 por 20 € cada unidad e indicar nombre, domicilio y móvil para enviar el libro.




A continuación publicamos algunas fotografías del libro : 




                 



                   


                    
















































Artículo publicado en el periódico La Tribuna, Albacete : 




A continuación transcribimos el texto de ésa entrevista  : 

Diego Fuentes Hidalgo refleja en Un bancario del siglo XX su carrera, desde su primer contacto en el negocio bancario en la corresponsalía que su padre desempeñaba en su localidad natal, La Gineta, hasta la alta dirección del Banco Español de Crédito. Un ejemplo de superación, también de la enfermedad, a través de las páginas de un libro que cautiva desde las primeras notas del autor y el prólogo de Mario Conde. Además, el escritor renuncia a beneficio alguno con la venta del libro, que ya está disponible en Albacete, en Librería Popular, porque el importe recaudado se destinará en su totalidad a la Misión Católica de Gode, en Etiopía.

¿Cómo surge este proyecto? Mi padre era corresponsal, desde los años 40 del Banco Español de Crédito en La Gineta. Yo nací en 1941 y fue mi padre quien me enseñó a ir a cobrar letras o recoger documentación.Entonces, mi padre tenía mucha amistad con el director del Banco Español de Crédito aquí, Jesús Boira, así como con el director de la Central Contable, Manuel Hernández. Fueron los que le propusieron a mi padre que yo entrase en el banco, mientras, hacía mis estudios. Llegó el momento y entré en el banco, con 16 años, en La Roda, como auxiliar interino, siempre en el Banco Español de Crédito.

Hasta que recaló usted en la Central Contable. Así es, me mandaron como auxiliar, en aquella época, cuanto había máquinas procedentes de IBM y entré en la Central Contable de Albacete a trabajar. A mí, el tema de las máquinas nunca me sedujo mucho, tenía una concepción del banco diferente. El banco para mí eran sus clientes, los negocios.

De ahí pasó a los equipos de viaje. Cierto, estando en esos equipos conocí a una persona, su jefe, que me propuso pasar a un departamento en Madrid, porque ya tenía unas ideas algo rebeldes, me fijaba mucho cómo funcionaban los grandes bancos JP Morgan, por ejemplo. Así que estuve en ese departamento técnico mucho tiempo y en sucursales. Cuando se creó el departamento de resultados, empecé a viajar, cada 15 días en una sucursal, pero siempre acordándome de la corresponsalía de mi padre, el modelo.

¿Siguió, entonces su carrera hasta la dirección? Primero interventor en Gandía y luego director en Algemesí; después regresé a Gandía como director implantando mis sistemas de trabajo en la sucursal, con la idea de atención especial al cliente. Terminé en Málaga, que es lo que catapultó mi carrera y en ese periplo me nombraron subjefe regional de Andalucía, con sede en Málaga. Ahí es cuando entró el equipo de Mario Conde, con los criterios de Boston Consulting. Entonces me llevaron a Sevilla como director regional de Andalucía, Extremadura y Canarias, es cuando entré en la alta dirección.

¿Qué tal se llevó con Mario Conde? Muy bien desde el primer día. Me he llevado y me llevo. Para mí, Mario Conde, aparte de ser el presidente, es una persona a la que he tratado de cerca, un amigo, un compañero y mucho más tenemos una gran amistad y ha luchado mucho, cuando me operaron en Marbella

¿Cómo ve su figura? Para mí es una persona estupenda, como profesional no hablemos, su carrera está ahí. Solo puedo hablar bien, pero el que quiera conocer su vida, la puede conocer perfectamente. Mario Conde, en el prólogo, dice que Banesto es Diego Fuentes y que Diego Fuentes es Banesto, eso es lo más grande que le pueden decir a una persona.

¿Cuándo dejó Banesto? Tres años después de la intervención, en 2006 y monté un despacho de asesoramiento en Sevilla. Cuando cumplí 65 años decidí irme y hasta ese momento era consejero de ocho sociedades en nombre de Banesto y fui su representante en la Expo 92. El año de la Expo 92 fue el más importante de mi vida profesional.

¿Cómo ve un hombre de banda la actual? Lo que llaman la digitalización, no la acabo de entender todavía, tampoco la entiende mucha gente. Me asombro mucho cuando voy al banco y me encuentro con señores mayores, como yo, incluso más, que van a sacar su dinero y tienen que ir a un cajero, que no entienden y les crean unos problemas de miedo. La primera vez que vi en una sucursal, en el suelo, una pegatina que decía no pase de aquí, guarde su turno, pensé que la humanidad del banco se acabó.