Otra vez, al igual que lo hizo con la Residencia de El Carmen de Cercedilla, nuestra compañera Mercedes Santos Barba ha sido tan amable de escribirnos este interesante y emotivo artículo sobre la Residencia de Estepona, las vivencias y recuerdos familiares que a San Jaime le unen. Aportando también documentos gráficos que nos harán recordar un tiempo donde era habitual pasar las vacaciones familiares en un centro que la empresa proporcionaba a precios reducidos -se pagaba según sueldo- para mantener motivados en el trabajo, y unidos en una agradable y ociosa causa común a los empleados que formábamos la plantilla de nuestro Banco, la Gran Familia Banesto.
Gracias por tu aportación y colaboración, Mercedes, tanto los comentarios como el material fotográfico son de alta calidad.
RESIDENCIA SAN JAIME – ESTEPONA :
Hace muchos años, en España, en un pueblo de la Costa del Sol llamado Estepona, una entidad bancaria, el Banco Español de Crédito, más conocida como BANESTO, construyó una residencia de descanso para sus empleados y los familiares que con ellos convivían, en la que podían disfrutar de todas las comodidades de un hotel de lujo, en primera línea de playa, durante una quincena al año.
En la Residencia San Jaime, que así se llamaba el complejo vacacional, muchos tuvimos nuestro primer contacto con el mar; nuestro baño de yodo y sal.
Aún recuerdo, cuando siendo una adolescente, mi padre cargó el coche con las maletas y en un SEAT 850, nos dirigimos rumbo a nuestras vacaciones en la residencia del Banco en la playa.
Entonces el trayecto Madrid-Estepona, en un coche con 6 personas, cuatro niños y el matrimonio, cruzando Despeñaperros, en pleno mes de julio, no era cualquier cosa y el encontrarse con coches parados en la cuneta con el capó levantando y saliendo humo, era algo bastante corriente.
Nuestro utilitario salió bueno y la verdad es que tenemos que agradecerle que nunca nos dejó tirados, pero carecía de los “climatizadores bizona” actuales y viajábamos con los cristales bajados para ver si conseguíamos que nos diera un poco el aire en la cara.
Además, lo normal era llevar una baca instalada en el techo del vehículo, con el equipaje que no cabía en el maletero, el cual se sujetaba mediante una especie de tentáculos elásticos acabados en un gancho metálico, que llamábamos “pulpos”.
No importó la distancia ni el calor, porque mi padre, además de hacer los descansos de rigor para repostar, estirar las piernas y tomar algún refresco, paró en Jaén, para conocer la ciudad, aprovechamos para visitar a Paco Gadeo, el Director de Banesto en Torredonjimeno, al que conocimos en unas vacaciones en Cercedilla y con el que tuvimos una excelente amistad hasta su fallecimiento; hicimos noche en Granada, visitamos la Alhambra y el Generalife y, por fin, divisamos Málaga y ¡EL MAR!
No voy a decir que el viaje fuera corto, pero los pocos años y la ilusión hicieron que los kilómetros fueran cayendo mientras jugábamos a las adivinanzas y cantábamos, sin que el recorrido se nos hiciera demasiado pesado.
La Residencia estaba ubicada en el km 170 de la carretera de Cádiz a Málaga, entre las poblaciones de Estepona y Marbella y llegamos a ella contentos e ilusionados.
Era un sitio muy blanco, lleno de luz, con cuidados jardines, una extensión superior a los 90.000 metros cuadrados y 250 metros de playa.
El lugar estaba lleno de alegría, como dicen hoy, era un sitio con “energía positiva”
Desde lo lejos se divisaba la silueta de la moderna torre de la Capilla, en la que se celebraba Misa los días festivo o sus vísperas. Había parque de juegos infantiles, campo de fútbol, de tenis, de baloncesto, de hockey, bolera …
El complejo constaba de un magnífico edificio principal, con aire acondicionado y de 24 chalets de 6 plazas cada uno, que eran los llamados “bungalows”, en los que acoplaban a las familias
que iban con niños menores de tres años, para que no molestaran al resto de los residentes y que disponían, lavadero, nevera y una pequeña cocina para poder hacer la comida a los más chiquitines, pues el resto de la familia comía en el comedor de la residencia.
Las habitaciones del mencionado edificio principal eran todas exteriores, dobles y con cuarto de baño y para acceder a la zona de la piscina había que utilizar una escalera directa que había al final del pasillo donde éstas se encontraban, ya que no estaba permitido andar en bañador por los salones, ni otras zonas del mismo.
También disponíamos de sala de fiestas, salones, bares, piscina de mayores y niños …
En fin, no faltaba nada. Había sol, mar, playa, teníamos todas las comodidades, buena comida y excelente ambiente, a un pecio más que razonable.
Todos hemos disfrutado de la las nuevas amistades y la buena compañía jugado una partida en los lugares habilitados para ello y tomado el aperitivo o el café sentados junto a la piscina.
También recuerdo la actuación de magia que nos ofrecían, con aquél mago que iba todos los años acompañado de su pareja y cuyos trucos intentábamos adivinar y llegábamos a recordar de una vez para otra.
A partir de la una de la madrugada los salones apagaban sus luces y solo se mantenían encendidas las de los accesos a las habitaciones. Era el momento del descanso y no estaba permitido utilizar transistores con el volumen alto, para no molestar.
En aquel entonces no había nada más que un aparato de televisión en el salón destinado para poder verla. Eran los años de la carta de ajuste, cuando solo había dos cadenas y se emitía en una determinada franja horaria, finalizando con el himno nacional y la bandera ondeando.
Imperaban las buenas formas y la educación y los padres respondían de cualquier desperfecto que pudieran causar sus hijos en las instalaciones así que, por la cuenta que traía, todos estábamos muy bien enseñados.
En el comedor sobre todo a la hora de la cena, se exigía vestir más formal.
La playa tenía muchas piedras, pero para nosotros era la mejor del mundo, pues íbamos preparados para ello con unas sandalias de goma y disfrutábamos muchísimo jugando con las olas, cogiendo conchas …
Los alrededores de la piscina estaban decorados con construcciones blancas y circulares, ya que las duchas se ubicaban dentro de una especie de tubos abiertos para entrar y salir y había varios bancos redondos, con forma de tarta de dos pisos que servían para sentarse y apoyar la espalda o dejar las toallas.
Estando allí se hacían excursiones por la zona, se tapeaba en Estepona y Marbella, se visitaba el Parque de Atracciones Tívoli de Benalmándena, se paseaba por Torremolinos y Fuengirola, se recorrían las Cuevas de Nerja, el Tajo de Ronda y se hacía el típico viaje en barco a Ceuta, para comprar recuerdos del lugar a buen precio, algo de tabaco y alguna bebida.
En los corrillos siempre había una conversación recurrente que era relativa a lo bien que trataba el Banco a los Directores y sus esposas en las reuniones que había allí todos los años.
Estepona era a la gente del sur, lo que Cercedilla para los de la zona centro.
Unos hemos ido más a un sitio y otros más al otro, pero la esencia de los dos era la misma porque, en ambos lugares, nos sentíamos unidos por el vínculo de pertenecer a la GRAN FAMILIA BANESTO y, como sucede en los cuentos, tengo que terminar diciendo con nostalgia, pero con alegría por lo vivido, eso de:
“Que nos quinten lo bailado y colorín, colorado este tema de las residencias se ha acabado”
Mercedes Santos Barba.
Aquí tenéis una descripción completa de la Residencia, ubicación, extensión, capacidad y dependencias que la componen :
Este cuadro estaba colgado en todas las oficinas del Banco :
Recuerdos fotográficos de Coqui Quintana Esquinas en la Residencia San Jaime, año 1.976 :
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Mis recuerdos familiares en la Residencia San Jaime de Estepona :
Ya llevaba 11 años en el Banco y la residencia de Estepona solo la conocía por el cuadro que había colgado en el despacho del Director de la Oficina, mis recuerdos sobre Estepona se remontan a la primera vez que fui con mi esposa e hija a la Residencia San Jaime en mi "Seat 6oo L especial", fueron unas vacaciones de 15 días en el mes de Octubre de 1.979. Nos alojaron en los bungalows por que teníamos una niña con 7 meses, y lo pasamos muy bien, ya que los vecinos de bungalow era una pareja joven con otra niña pequeña. Nos hicimos amigos y paseábamos, comíamos y charlábamos de las cosas del banco y los clientes, lo habitual; íbamos algunas tardes a Estepona a comer langostinos a la plancha, recuerdo que estaban muy ricos en un pequeño bar del centro que los pedías en la barra, pero como era de reducidas dimensiones debías salirte a la calle a comerlos, también íbamos a otro bar que había junto a la residencia y que nos trataban muy bien a los ""Banesto"", siempre te encontrabas allí con bastantes compañeros disfrutando de unas ricas tapas de comida casera.
Después fuimos a la Residencia otras dos veces más de vacaciones, una a bungalow y la última vez que estuvimos, nos dieron habitaciones dentro del edificio, pues nuestros hijos eran mayores y se lo pasaron muy bien en las fiestas, juegos, desfiles, etc. que les organizaban. Yo recuerdo haber participado en un partido de futbol en el que los casados nos enfrentábamos a los solteros en el campo de futbol que había en la Residencia, no me acuerdo quien gano.
Después, estuve también junto a mi esposa en algunas reuniones de negocio/trabajo que anualmente se organizaban, eran en el mes de Septiembre, lo pasamos muy bien, aunque había que echar una buena jornada de trabajo de mañana y tarde, nos presentaban los planes que acometía el Banco, había grupos de trabajo muy didácticos y prácticos sobre asuntos reales y cotidianos bancarios en los que encontrabas algunas respuestas a muchas de las situaciones que vivías en tu puesto de trabajo, y a veces hasta se producían algunas intervenciones tensas, recuerdo que alguien nos amenazó con pasarnos una : ""garlopa"" que para quien no sepa de que se trata, es una herramienta de carpintería que afina y pule la madera, pero bueno, el hombre era nuevo en la organización y lo echamos en olvido rápido, éso si, a el se le quedo el mote mientras que estuvo en nuestro Banco, cosas que pasan. Al terminar las jornadas de trabajo teníamos una cena amenizada con música o actuaciones de magos, humoristas, etc.
Conservamos recuerdos fotográficos de algunas vacaciones; estas fotos con mi esposa e hija en la residencia son de nuestras vacaciones de 1.979 :
Fotos de las vacaciones del año 1.984 :
Al final nuestra residencia se ha convertido en un complejo hotelero; por lo menos nos queda la opción de visitarla e incluso ocupar algunas de ésas habitaciones del hotel y recordar aquellos excelentes tiempos de : "La Gran Familia Banesto" .
Princess había inaugurado este complejo en 2001, tras remodelar las instalaciones de la denominada Residencia San Jaime, un resort vacacional para los empleados de Banesto del que el banco se desprendió en 1995.
La Residencia para empleados de Banesto, se convirtió en hotel en 2001 y se vendió en 2007. Su último inquilino fue la cadena tarraconense Ibersol, desahuciada en 2013 por incumplimiento de contrato.-
Enhorabuena Juan Jose:
ResponderEliminarPor presentarnos aquí este artículo de forma tan sublime y tan humana, en relación con nuestra Residencia de San Jaime de Estepona, escrito por nuestra compañera Mercedes Santos Barba .
Vemos que ha sabido exponernos de forma totalmente descriptiva y profunda, todos sus gratos recuerdos y vivencias que son también las nuestras, y que la hemos sentido leyendo su relato y recordando todo lo bueno que hemos vivido cuando por allí hemos pasado.
Por cierto la colección de fotos son otra maravilla más.
Muchas gracias y un fuerte abrazo para todos.
Gracias a ti por expresarnos tanta alegría y aprecio en tu comentario, nos motiva y hace que cada vez más intentemos buscar hechos,vivencias o recuerdos positivos de nuestro Banco para comentarlos aquí y que a todos nos sirva para recordar y tener presente a : La Gran Familia Banesto.
ResponderEliminarMagnifico articulo de estas magnificas instalaciones que disfrutamos casi todos los empleados. Sin lugar a dudas eran como un 4 estrellas en los años 80.
ResponderEliminarNo todo era positivo, pues habia ciertas personas que alardeaban de su posición frente a los demas.
Gracias amigo Jesús, efectivamente eran unas grandes instalaciones para disfrutar de vacaciones a "tuti-plen" y "low-cost" se pagaba según nómina,creo recordar que en el 79 me costo 11.ooo. pesetas pasar con mi esposa e hija 15 días en pensión completa, éso podría rondar el 25/30% del sueldo mensual. Y con respecto a los que presumían de cargo, que los había, pues además de que nadie les echaba cuenta ni se relacionaba con ellos; al pelo le iban : "Hay gente pa to" del Rafael El Gallo, o el refrán de Andrés : "Viendo el chozo, se conoce al jabalero", Un Saludo Juanjo
EliminarQue bonitos recuerdos de infancia. Yo puedo decir que estuve alli y era magnífico.
ResponderEliminarMi padre y mi abuelo trabajaban en Banesto. Para San Carlos íbamos muchos de Málaga a pasar el puente todos los años. La torre del campanario era la referencia desde la carretera y he tenido que acudir al Google Earth para encontrarla, porque desde la carretera ya no es posible localizarla al haber desaparecido el campanario. Siento añoranza por esos momentos de la infancia. Un saludo.
ResponderEliminarEfectivamente era una referencia en Banesto la Residencia de San Jaime, allí fui con mi familia varias veces de vacaciones, se pagaba en relación al sueldo que cada empleado tenía en el Banco, después estuve también en unas jornadas de directivos que el Banco hacía en Septiembre, era fabuloso tener algo especial como La Residencia San Jaime. El mundo financiero se mueve a velocidades espeluznantes y cambian de manos las empresas y sus capitales sin el más mínimo reparo hacía los sentimientos y personas que muchas veces colaboraron a engrandecer las compañías, pero bueno, éso es agua pasada, y ya se sabe : no mueve molinos. Saludos.
EliminarLas mejores vacaciones de mi vida las he pasado allí. Mi padre, Remi, no de como se las apañaba, que consiguió que fuéramos 9 años seguidos en septiembre. Recuerdo con cariño el viaje desde el tiemblo, tortilla, pollo con tómate,dos termos, uno con café y otro con agua fresca... pasar despeñaperros era una aventura pero cuando veías la Torre de la Iglesia de San jaime.... se pasaban todos los males. Allí se han hecho grandes amistades, recuerdo a justo y Jesús que venían desde Bilbao, niños y embarazo incluidos, hacían noche en casa y luego todos hacíamos noche, donde encontrábamos, en Antequera, y por fin al día siguiente llegábamos¡¡¡¡ Sí, que buenas vacaciones, esas peleas de merengues en Estepona, o los Chanquetes en «la guarra»en fin gracias por hacerme revivir estos recuerdos
ResponderEliminarTengo 54 años y una hermana de 58. Por no repetir vuestros recuerdos que son los míos, añado los siguientes. Los batidos del bar de la piscina, la primera máquina de bolas que veía, el primer ascensor, el olor de los entremeses en el comedor que sabian a gloria pero, además, las espinas de cactus en las manos por bajar por la escalera que llevaba a la piscina desde las habitaciones, y la llegada de los magos que aunque ya eran mayores amenuzaban las noches en aquel salón tapizado de cuadros ...y Ceuta y Puerto Banus y las amigas que hice de Móstoles. .Era el año 1971 y viajabamos echadas atrás en el Renault 10 desde Asturias .👩🎓
ResponderEliminarEra el año 1971 y mi hermana y yo viajabamos echadas atrás en el Renault 10, desde Asturias.Recuerdo todo a pesar de que tenia 7 años. Los batidos del bar, la máquina de bolas, la escalera a la piscina cuya pared me llenó de púas de cactus las manos, los viajes a Ceuta para comprar lo que no necesitabas...y los magos que venían a aquel salón de tapicería de cuadros y los entremeses cuyo olor esquisito a veces recuerdo...y las amigas de Móstoles con las que me cartee mucho tiempo...y las misas allí al lado en la iglesia tan moderna ...muy buenos recuerdos
ResponderEliminarMe ha gustado mucho encontrar este blog y esta entrada sobre la Residencia San Jaime. Aunque yo era muy pequeño y no tengo recuerdos nítidos, mis primeras vacaciones fueron allí, junto a mi padre que era empleado de Banesto.
ResponderEliminarVoy a seguir navegando por el blog que tiene muy buena pinta.
Muchas gracias.
Inolvidables los momentos alli disfrutados, contando además muy cerca , con el chringuito de la Familia Morito, entrañables amigos desde entonces....
ResponderEliminarEl morito. Que recuerdos
EliminarYo vivi en la casa que habia por la parte de atras frente a la salida y entrada de mercancias ,cerquita del camino que iba al Morito y su mujer Pepa que plantaba sus macetas en vasos de yogurt ,los mejores años de mi vida los tuve alli mi padre era guarda del exterior desde el 77 hasta que se retiro,era tambien el que.limpiaba la piscina y arreglaba todo lo que se rompia el compañero de mi padre era Diego ,trabajo tambien con la otra empresa que cogio la residencia y mi madre era la encargada de los bungalows .
EliminarAsi que disfrute muchisimo de la.piscina de hecho aprendi a nadar en ella con ocho años .Me case en la iglesia de la residencia y mis hijos los paseaba por sus avenidas .Temgo que decir que guos de ASturias a vivir alli .
Verdaderamente era un hotel de Lujo, un actor, no recuerdo el nombre que visitó la residencia dijo que era mejor que el Hotel Meliá de Torremolinos. Y quien mandó construirlo fue D. Jaime Gomez-Acebo y Cejuela presidente, para mí el mejor, de Banesto y Marqués de Deleitosa. Fue el que hizo que fuese el banco mejor de España. Todas las Embajadas tenían cuenta en Banesto.
ResponderEliminarMe acuerdo de ese hotel, tenía una guagua para ir a la playa. De los primeros en tener buffet libre.
EliminarEfectivamente, el hotel Melía Torremolinos tenía un vehìculo para que los clientes fueran a la playa, habia que cogerlo en una puerta que estaba junto al jardín. Saludos
EliminarMadre mía!! Se me caían las lágrimas al ver las fotos y recordar lo bien que pasábamos cada año mis hermanos y yo junto a mis padres. ¡ Qué tiempos!
ResponderEliminarBuenas tardes.quedo sorprendido y también con lagrimillas al ver esto. Soy hijo de empleado de Banesto y antes de ello del banco coca en Gran Vía en Madrid. Alguno puede que conociera a Francisco Cejudo. Mi padre. Al ver la residencia San Jaime y ver ese trampolín en la piscina , me ha dado un vuelco el corazón. En la sala de TV, recuerdo ver un programa que había por las noches de entrevistas en las que salía Carmen Maura de presentadora. No sé porqué recuerdo esto ultimo.es impresionante lo que puede hacer una imagen después de tantos años.yo no sé qué años tendría en aquel entonces... Quizá 9 o 10? También recuerdo el club Banesto en Pinar del Rey y el hotel Mariant en Mallorca, concretamente en Sillot. Impresionante. Puede que alguno conociera también al Sr. Paccini. Gran dibujante taurino y empleado también.
ResponderEliminarQue recuerdos más buenos, yo era pequeño e íbamos con mis tres hermanos, mis padres y mi abuela. Luego en Septiembre había una reunión que solo iba el trabajador de Banesto y la mujer. Por aquel entonces era un hotel de super lujo. Los bungalow estaba genial , que también estuvimos en ellos. Nosotros éramos de un pueblo de Toledo, Sonseca.
ResponderEliminarYo vivi en esa residencia mejor divho en lancasa del guarda de extwrior que estaba en la parte de atras entrada de servicio y carga y descarga .Mis padres trabajaron en ella mi padre como guarda de exterior y multiservicios y limpiaba la piscina y mi madre era la encargada de los bungalows ,fueron años para mi maravillosos me crie alli porque llegue cin casi ocho añosdesde Asturias ,un cambio de vida brutalnpero para mi fue espectacular ,aprendi a nadar en la piscina tenia amigos fijos que conoci allinoban de vacaciones a lo mejorn al parque Antena pero las comidas las hacian en la residencia ,iban todos los meses de julio desde Bilbao y pasaban el mes entero ,cada quince dias hacia amigos nuevos que volvian al año siguiente .
ResponderEliminarGrandes recuerdos sin duda alguna cuando lo vendieron mis padres sequedaron pero pronto echaron a todos los empleados.por impago y mis padres ya tenian edad de jubilarse,llegaron a conocer a Mario Conde .